Si sufres un siniestro en tu hogar, lo primero que debes hacer es hacer la denuncia policial, y luego avisar a la Compañía de Seguros para que esté informada del hecho ocurrido y, de ser necesario, enviar un inspector para evaluar los daños. Por eso, es recomendable no tocar nada, ni ordenar, para que la inpección se realize sobre las condiciones reales en la que quedó la vivienda luego del siniestro.
Si no existe acuerdo entre la aseguradora y el asegurado en cuanto a la valoración de un siniestro, es necesario contratar peritos, y cada parte debe abonar los gastos de su perito. Y en caso de desacuerdo, se llama a un tercer perito, que se paga mitad cada parte. Si aún sigue el litigio, entonces deberás apelar ante un tribunal de primera instancia.
Las pólizas de seguros de hogar, por lo general cubren los riesgos básicos, y ofrecen cobertura opcional para otros riesgos de menor posibilidad de ocurrencia, o para ampliar la cobertura (por ejemplo para el caso de objetos de valor, tales como joyas, etc). Por ello, es importante leer detalladamente el contrato, para saber qué riesgos están cubiertos y bajo cuáles circunstancias.
Por ley, la aseguradora debe abonar la indemnización al término de las investigaciones y peritaciones necesarias para establecer el siniestro y los daños económicos, y en un plazo máximo de 40 días desde la recepción de la declaración de siniestro.
En el caso de que la compañía haya quebrado, debes hacer la reclamación ante la Comisión Liquidadora, aportando todos tus datos personales, el número de póliza y fecha de vigencia de la misma, una copia del recibo abonado y una copia de tu DNI. Además, se el reclamo es por el impago de un siniestro por la compañía quebrada, habrá que adjuntar peritación conforme y aceptada de la compañía valorando los daños del siniestro o bien, y si se llegó a juicio, copia de la sentencia, además de los datos anteriormente citados.